Es un principio de la tradición cristiana que significa que la fe, la oración y la vida están íntimamente relacionadas y que la liturgia no es distinta de la teología. Se basa en la idea de que la forma en que se reza expresa y transmite lo que se cree y lo que se vive.

El origen de esta expresión se remonta al siglo V, cuando Próspero de Aquitania usó la frase «ut legem credendi lex statuat supplicandi» (que la ley de la oración establezca la ley de la fe) para defender la doctrina de la gracia contra los pelagianos. Más tarde, se abrevió como «lex orandi, lex credendi» y se amplió como «lex orandi, lex credendi, lex vivendi» para incluir la dimensión moral y espiritual de la fe cristiana.

Este principio se considera muy importante en la teología católica, pues afirma que la liturgia es un elemento constitutivo de la Tradición santa y viva de la Iglesia, y que los sacramentos son la fuente de la gracia y la conversión.

También se aplica a otras confesiones cristianas, que reconocen el valor de la liturgia y la oración para expresar y fortalecer la fe.

Un dibujo sobre las ideas de lex orandi, lex credendi y lex vivendi, inspirado en el estilo de dibujos japoneses. El dibujo muestra tres escenas que representan cada una de las ideas: la primera muestra a una persona rezando en una iglesia, la segunda muestra a una persona leyendo la Biblia, y la tercera muestra a una persona ayudando a los demás. El dibujo tiene colores vibrantes y efectos de luz, y expresa la conexión entre la oración, la fe y la vida.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *